Liliana Heer

Presentación

 


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©2003
Liliana Heer

 

 


Presentación del poema Diario de viaje de Pretty Jane Liliana Heer y Guillermo Saavedra

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Taller Literario Punto de Encuentro, San Isidro
Coordinado por Bea Lunazzi 14/ 01/ 2018

¿Cómo escribir nosotros, de nosotros, por nosotros sino fusionando, olvidando ciertos límites que acechan?
El diario de viaje de Pretty Jane, es una escritura sobre el nosotros. Indistinguibles, mezclados, aun cuando se pueda percibir (pude reconocer palabras tuyas, versos- claro) cierta línea se acopla, se aparea. Nosotros ciudad país poema, nosotros en esa tensión que ama.
Estoy frente al libro Diario de viaje de Pretty Jane y como suele suceder con la lectura como acontecimiento, lo que está escrito está detrás de lo que está escrito. Pretty Jane o Juana, o la canción de Joyce o el viaje son motivo, motivo al estilo de la pintura italiana, para indagar cuestiones que son constitutivas también de lo político.
Si la patria es la infancia o el lenguaje, aquí “La patria es el otro” se traduce en “el poema es (d) el otro”. Leer de quién, leer hasta dónde, de quién. Qué verso o palabra cumple con la noción de propiedad. Y sin embargo, no hay respuesta. El poema se desapropia para dar lugar al otro.
Entonces sucede la experiencia del devenir múltiple; conquistar una vida de porosidad y contaminación contra la condena del cuerpo uno de la filosofía occidental. Un devenir cuerpo político que disecciona la figura de autoridad. Asistimos bajo el acontecer de este poema a una subversión de la lógica de identidad. Performatividad que crea una comunidad lingüística cuya edificación no se funda en la semejanza ni en la unidad, sino en lo común. Así empieza el diario: “Neblina inglesa en barrio porteño/ sensaciones fortalecidas de bruma/ el día es tan hermoso/ que lo cortaría por la mitad/ y un corazón no sabe/ de mitades/ es fruta que al comerse/ sangra entera”. Eso múltiple no deviene escritura anárquica o fragmentaria sino que obedece a un conjunto de singularidades donde emerge la topografía del nosotros.
Liliana Heer y Guillermo Saavedra recobran una soberanía en lo múltiple, dan un paso más allá de Foucault, Barthes o Blanchot. Al ritmo del jazz, de las interferencias de William Burroughs, una contraprueba del control: desmantelar, desmontar, doblar, mezclar. Unidades semánticas que siguen la regla del desmontaje, no porque se aplaste una forma, sino porque no se encuadra un decir con otro decir sino para hacerlo múltiple.
¿Quién escribe? Ellos, escriben, ellos: Heer- Saavedra, esos que pueden llamarse nosotros, escriben: “untarlo todo de sospechas/ rumores de eucaliptus./ Opacidad, transparencia/ sumar arpegios/ percibir la ruptura mineral/ el ansia, la vecindad”.


Sobre “Diario de viaje de Pretty Jane” de Liliana Heer y Guillermo Saavedra
El nosotros indistinguible
Por Ana Arzoumanian

La lectura es un acontecimiento, “Diario de viaje de Pretty Jane” Pretty Jane o Juana, o la canción de Joyce o el viaje son motivo, motivo al estilo de la pintura italiana, para indagar cuestiones que son constitutivas también de lo político.
Si la patria es la infancia o el lenguaje, aquí “La patria es el otro”. Leer de quién, leer hasta dónde, de quién. Qué verso o palabra cumple con la noción de propiedad. No hay respuesta. El poema se desapropia para dar lugar al otro.
El “Diario de viaje de Pretty Jane” es una escritura sobre el nosotros indistinguible, mezclados, donde los versos se acoplan, se aparean.
¿Quién escribe? Ellos, escriben, ellos: Heer- Saavedra, esos que pueden llamarse nosotros, escriben: “untarlo todo de sospechas/  rumores de eucaliptus/. Opacidad, transparencia/ sumar arpegios/ percibir la ruptura mineral/ el ansia, la vecindad”.
La niebla narrada por Boris Vian, la batalla difusa diseñada por Lawrence de Arabia, maneras de asumir lo ingobernable, ser opacos. Un apagón, un disimulo, un efecto de reverberación.
¿Qué es un autor? se pregunta Agamben; el responsable, a quien se lo puede responsabilizar jurídicamente, a quien se puede criminalizar. La estrategia de la insumisión de Heer- Saavedra es crear un nosotros que sale del señalamiento inquisitorio adviniendo irrepresentables por el poema. No hablan anónimos. La indistinción de “lo sin nombre” tiene todavía, desde nuestros institutos occidentales, un soporte de lo único, como si detrás del anonimato hubiese un autor uno. Sin embargo, aquí estamos en una zona común.
El Diario de viaje de Pretty Jane es una escritura sobre el nosotros indistinguibles, mezclados, donde los versos se acoplan, se aparean.
Nosotros ciudad país poema.
El poema hace alusión a la canción que aparece en el capítulo más musical del Ulises. En este contexto, no pondré el acento en que la madre de Joyce se llamaba Mary Jane, sino en que el Ulises es publicado el 2 de febrero del año 1922, en el último tramo de la guerra que Irlanda mantenía con Inglaterra desde el año 1919. La partición de Irlanda sucede en diciembre de ese mismo año 1922. De manera tal que el Ulises que canta en el episodio de las Sirenas canta a un nosotros ontológicamente inaprehensible.
Un devenir cuerpo político que disecciona la figura de autoridad. Asistimos bajo el acontecer de este poema a una subversión de la lógica de identidad. Performatividad que crea una comunidad lingüística cuya edificación no se funda en la semejanza ni en la unidad, sino en lo común.
Si Joyce recurre al mito clásico no solo para imitar alejandrinamente o parodiar sino para rehacer un poema, esta vez escrito en prosa. Si el habla en Ulises es el centro de su partitura musical según la cual vivir es ir hablando; en “Diario de viaje de Pretty Jane” vivir es ir juntándonos. Es recorrer una odisea de un hundimiento, una decadencia. Y el poema es el motivo según el cual dos autores (juntos) documentan el pasaje del Uno buscando lleno de esperanzas el camino que no llega, a una conciencia poética de un nosotros escribiendo durante todo un libro esa tenacidad. Un nosotros no doméstico, no recíproco, sino insubordinado: “era experta/ en impostura/ su primer sueño/ disparar una metralla/ su primer sueño/ tener tres manos/ para peinarse accionando/ su Gatling a destajo”.

 

Sobre “Diario de viaje de Pretty Jane” de Liliana Heer y Guillermo Saavedra
El ambiguo magnetismo de Pretty
Por Gabriel Caldirola

El poema avanza a tientas entre conjeturas, sospechas, devaneos, para asomarse al parpadeo luminoso de discretos hallazgos, secretos entrevistos como la piel de Pretty Jane a través de los pliegues de su bata. Heer y Saavedra construyen una poética de la difracción, en la que las palabras parecen evitarse a sí mismas, correrse, girar en torsiones que por momentos llegan a alterar su sentido por completo. Así, “a campo traviesa” se vuelve “a campo travesti” y, en sorda réplica del dicho popular, “No canta quien tiene canas/ sino el que sabe nadar”. Una poética que cifra, sin opacidades, la finta que hace el lenguaje en el intento de cuidar, como quería Lezama Lima, la incógnita semilla del poema.
Esta aventura poética a cuatro manos, de Liliana Heer y Guillermo Saavedra, Diario de viaje de Pretty Jane es una larga improvisación en verso en torno a la figura enigmática de la joven a quien está dirigida “The Bloom Is On The Rye”, balada inglesa del siglo XIX que Joyce cita en el Ulises. El libro fue tramado en envíos sucesivos que alcanzaron, gracias a la fina sutura de la corrección conjunta (privilegio del que carece la improvisación musical, cuando composición e interpretación se escurren en directo), el timbre distintivo de una voz que incluye, y excede, las afinidades y disidencias singulares de los autores. Ademanes recíprocamente imitativos y decisivos distanciamientos permitieron el descubrimiento de una tercera voz, tal vez la “mirada andrógina” a la que alude uno de los versos.
“Neblina inglesa en barrio porteño”, se lee al comienzo. Neblina sintáctica, también, favorecida por la continencia de artículos y la prescindencia de comas (sólo se conservan las que brotan al interior de los versos): una forma de inducir la potencia semántica de sustantivos que alcanzan un gesto verbal y encabalgamientos que dan a las estrofas la articulación de estructuras móviles.
A lo largo del libro, se van depositando capas de sentido sobre el ambiguo magnetismo de Pretty Jane. Al igual que la estudiante de la cual se enamora el narrador de Giacomo Joyce, texto póstumo del escritor irlandés que los autores citan en un epígrafe, Pretty alterna entre la cándida inexperiencia y una aprendida sensualidad. Un erotismo algo vertiginoso se apodera de estas páginas escritas a cuatro manos, cargadas de roces, caricias, fuegos, apetitos. Pero también de abstinencia, de humo, de ausencia. La sinuosa carnalidad encuentra sosiego en una distancia vaporosa, donde Pretty Jane es Linda Juana y la pulsión crepitante del poema se vuelve evocación, elegía. Los de este Diario de viaje son versos que conjugan el ardor nocturno y la delicada perfección del organdí, modulados con el sigilo de quien “entra en la jungla/ sin despertar al tigre”.

 


Dos voces: Perfomance a cargo de Liliana Heer y Guillermo Saavedra

 

L.H

No me mire la mano derecha

si me vigilan, no puedo volar

me falta algo

una palabra hurtada al sonido

un recreo

el desván de la inspiración

se hace fiasco.

 

G.S

Pretty Jane es pelirroja

impulsiva, aventurera

pródiga en caricias

balbuceante

lengua

alegre

hábil en domar escorpiones

de esparto

cuando florece

en los atardeceres

el apetito joven.

 

L. H

En la tibia hora del deshielo

armar papel de vicio

gallo ciego

un arte en fuga

devuelve la ilusión efímera

de haber aprendido

a nadar en redondo.

 

L.H

Cápsula tiznada

instantes festivos

alboroto, desconcierto.

 

G.S

Pretty resiste a la fabulación

como una horda

entrenada en la desidia.

Los pies hundidos

en salsa de estupor

los brazos lelos

humores quebradizos.

 

L.H

Nieve en la nieve

claroscuro

cero rencor

solamente amar

saca de quicio.

 

G.S

Oh, Pretty Jane

basta de nácar

brillos, lunares

olvida el trofeo en el desván

cuenta las aventuras

de aquel prófugo…

 

L.H

Juego al ajedrez

con guantes de seda

soy la reina

doble bisagra en pugna

como pez en el bies.

 

G.S

Tierra por tierra

Pretty Jane

cabecea escalas

de aire congelado

mientras la serenata

le llueve lacia, lenta

sobre un hombro

mientras sus brazos

blancos, desnudos

sujetan el chal

que corta la madrugada

como quien parte

al medio una naranja.

 

L.H

Interrogar

al hombre en bicicleta

sus piedritas

el miedo

el hambre           el coito                seguir    no seguir

 

G.S

Ganará la novia

afable, hipócrita

fortuna familiar

recta luz de cirio.

Perderá la novia

entumecida de tanto sosegar.

Quedarán recuerdos

manoseos, chupones

huérfana de estrellas

a pantalla

flor de trapo.

 

L.H

Mientras tanto

Pretty retoma vicios menores

clavada contra el espejo

ensaya coqueteos desvirgantes.

La adoración

de esa gran fruta

el rezo entre jadeos.

 

G.S

Y cuando la mañana

llega

sotto voce

en el hilván del día

Pretty fuma silencio

llena con calma el plato

interrumpe la beatitud

recita conjuros

contra el mar de ojos

y ve a lo lejos

en la proa

en la popa

en el doblez

al capitán de navío

héroe de su film favorito

arrojando por la borda

títeres, candelabros

martillos.

 

L.H y G.S

Escucha

las grullas en invierno

vuelan sin decir pío

su aletear despierta melancólicos

hasta sacarles caracú

limbo popular

bombón argentino.

Insensatos

quienes desconocen

el sabor

naufragante médula

medusa.

 

G.S

No seas huraña  

abre tu boquita, Pretty Jane 

abre tu templo

provocación dentada
 

dispuesta la mordida.  

Abre tus ojos, Pretty Jane  

míralos   entonan una melodía sublime        

perros furiosos.    

No te burles del afán  

estos hombres sedientos

cabalgarán látigo en mano  forzando riesgo   regando nichos

sobre párpados aún tibios.

 

L.H

La voz, la voz   

buscar el hilo fino           

la miga sin nostalgia.

 

G.S

Lo sabías, Pretty Jane

sabías de tu anillo alegre

en la tarde perezosa

luces bordando veranos

rumores de boda

campanas del pueblo.

 

G.S                                                                                               

Recuerda, Pretty Jane      

al pájaro azul           

la vida lo destiñe.