---------------------------------------------------------------
MENÚ
---------------------------------------------------------------
"La noche del sol" Tijeras: Lectura de poemas
los recuerdos asoman
oscilantes como racimos de nubes
alguien dijo haberse convertido en novelista
leyendo la trilogía de Beckett
Mientras asesinaban guerrilleros oculto entre las ruinas de Tikal Lo innombrable estuvo de mi lado comentó Néstor Sánchez
nadie nunca hoy desmentiría
su obstinación por novelar con el absurdo en las entrañas ni siquiera un jugador de talla rusa
en su última casa de San Petersburgo
funciona el Museo
un sombrero negro bajo campana de cristal manuscritos fotografías
juguetes
dos mapas con el itinerario de Raskolnikov caminando por la orilla izquierda del Neva
escuchando jazz quemando dinero en la sobrenatural plenitud del martirio con el impúdico hambre de la melancolía y los temblores persistentes de la ausencia un poeta le dedica a Carl Solomon su pesadilla reflejos marinos bajo el puente de Brooklyn shocks hospitales cárceles
vemos crecer una especie nueva
el artista alejado del crimen por la debilidad de su voluntad por el temor a la sociedad no lo suficiente maduro para el manicomio pero con sus antenas curiosamente dirigidas hacia estas dos esferas
embeleso encantamiento
versos garabateados entre ráfagas de éxtasis
pieles rejuvenecidas por los vapores del opio la espontaneidad de una conversación cierta promesa a incumplir
en el súbito Manhattan gira un cerebro ansioso por abarcarlo todo máquina insensible ante metros y metros de cemento
Oh Carl, mientras no estés a salvo tampoco lo estaré
Pater Omnipotents Asterna Deus dame ese pedacito de alucinación para recrear la columna del tiempo
dormir para despertar en una nueva frase ulterior inicial inversa
intuir el manotazo de Carla Greta arrancándose los pelos entre pujos sanguinolentos sorda a sus propios alaridos sorda al berreo del miserable llorón
no parió sola el engendro tenía padre el padre con un látigo apresuraba la salida
singular conductor terremotos carnales salivazos puñetas
poco hace un estómago cubierto de musgo si la tropa conspira
arriba atrás si hay Patria hay Muerte
ocurrió Osvaldo fue víspera de grandes cambios en el orinal flotaba un escapulario
Michel Tournier
define la cámara fotográfica en términos anatómicos párpados labios falsas superficies
ahí donde la potencia seductora del iris despliega
el diafragma suspensivamente mide acerca suelta
algo de flor y algo de esfínter
Es el día
en que todos se ríen con dientes de igual blancura dijo Lezama Lima que decía Baudelaire seguramente un poema de Celan resonaba en su memoria
leche negra de la madrugada la bebemos al mediodía de mañana la bebemos de noche bebemos y bebemos
en Zoo
Viktor Sklovski escribe un epígrafe en torno al vocablo serallo pasea el canuto donde las águilas residen parecidas a la eternidad los murciélagos se mecen invertidos las gaviotas de mirada fría tienen aspecto de negociantes internacionales
en la portada de Besar a la muerta
la venus de Urbino observa complaciente a los mirones
un insert no permite ver al animal dormido ni a la mayor de las criadas esa que en el cuadro de Manet entrega a Olympia un ramo de camelias
volvamos a la Venus de Urbino vincha brazalete flores sobre las flores su mano derecha a izquierda descansa en el pubis
lo negro impregna la mitad del cuadro
Eva Duarte de Perón merecía haber sido pintada por Tiziano ni la reina Isabel estuvo rodeada en su muerte de tanta majestad le hace decir Horacio González al Padre Poggi
cuenta Charly Feiling
el fin de la noche comenzó en cierto lapso del Paleolítico cuando algún genio gutural vio arder unas ramas caídas sobre grasa de búfalo
ese fue el primer paso hacia la creación de la lámpara
etapa tras lenta etapa el invento mejoró hasta un trascendental enero de 1882 cuando se encendieron las luces eléctricas del viaducto Holborn-Londres
desde entonces hemos perdido contacto con la noche material de la oscuridad producida por la rotación del planeta sobre su órbita alrededor del sol
sin embargo nada ni nadie logrará ahuyentar la noche del alma
|